Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán a 2 de mayo de 2017.- Se rompió una inercia de 14 años en los cuales de manera unilateral se tomaban las decisiones; decisiones que en la mayoría de los casos perjudicaron los derechos de decenas de trabajadores. Se puso fin a una forma deshonesta y oscura de hacer las cosas, anteponiendo el deber a los intereses del sindicato.
¿Qué hacían todavía trabajando Don Jesús de 90 años, Don Benito de igual edad y Beatriz de 86? Ellos son el ejemplo claro que anteriormente, quienes eran los responsables de decidir el tema de jubilaciones, antepusieron quien sabe qué clase de intereses por encima del derecho de trabajadores que han dado su vida en su labor.
Ahora sí, las 51 solicitudes de jubilación que recibió el secretario de administración del ayuntamiento, Yankel Benítez, fueron analizadas con toda seriedad y apego a la norma, para llegar a 28 que obtuvieron el dictamen de procedencia de las comisiones de Gobernación, Trabajo, Seguridad Pública y Protección Civil; Hacienda, Financiamiento y Patrimonio.
Gracias al “trabajo fino” realizado desde la secretaría de administración, el más rancio y vetusto de los líderes de uno de los sindicatos del ayuntamiento, no pudo decidir a placer quién se puede jubilar y quién no. El esfuerzo de Yankel Benítez fue reconocido por los regidores del cabildo, pero sobre todo, por los trabajadores que se percatan existe pleno respeto a sus derechos.
Era una felonía que trabajadores que cumplieron con sus años de servicio, edad avanzada o con algún padecimiento grave de salud no recibieran su jubilación. Y no fue por culpa de “la autoridad”, lo impedía los que, se supone, los debían de proteger: El sindicato.