Por:Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán, 8 de septiembre 2020.- Un solo comentario expuso al verdadero Marko Cortés, un dirigente medroso y mezquino vencido por la envidia y el resentimiento. Un «joven político» arrastrado por un poderoso sentimiento de inferioridad que reacciona como un anciano asustado y embiste en contra de los que considera «sus enemigos personales». Cortés entiende que su liderazgo se erosiona, que los verdaderos panistas, que viven y sienten como parte de su familia a su partido, ya se cansaron de su estilo autoritario y perverso.
Desde Coahuila, el dirigente no perdió la oportunidad de golpear a Margarita Zavala y Felipe Calderón usando la decisión, sesgada y parcial, de la mayoría de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), al negarle el registro a México Libre como partido político. «Las instituciones en México han costado mucho tiempo, muchos años, y sus resoluciones, nos guste o no, se tienen que acatar», con la entraña a flor de piel, declaró Marko Cortés
Prueba de lo anterior es lo que pasa en Michoacán, terruño de Cortés, en donde no lo toma en cuenta el comité estatal. Las decisiones trascendentes para el panismo michoacano no pasan por el escritorio de Marko. Un grupo encabezado por el exdirigente local, José Manuel Hinojosa, ha tomado el control del partido desconociendo todos los acuerdos logrados por su jefe nacional. El responsable en la entidad del blanquiazul, Óscar Escobar, se reporta con José Manuel Hinojosa y no con quién está obligado por los estatutos que lo rigen.
Alejados de la línea marcada desde el centro y alineados con Hinojosa, también se encuentran, los diputados locales Cuquita Cabrera y Javier Estrada; el experredista Miguel Ángel Villegas; Javier Mora, Héctor Gómez, entre otros. Armando Tejeda, alfil de Marko Cortés, no ha logrado ser «el contrapeso» del grupo disidente. Su falta de arraigo y presencia, además de sus conocidas aficiones, le restan credibilidad.
En Morelia, el, ex candidato a presidente municipal, Carlos Quintana y la familia Castelazo, de profunda raigambre azul, mantienen cierto grado de fidelidad al jefe nacional. Igual lo hace en La Piedad el grupo que encabeza, Hugo Anaya.
Marko Cortés tiene miedo, se sabe mermado, por eso se unió al festejo de López Obrador al ser negado el registro a México Libre. Pudo más su complejo de inferioridad y su revancha en contra de los Calderón, que la necesidad de generar un gesto de empatía entre las fuerzas opositoras al régimen.