Un día como hoy hace dos años se determinó suspender las clases presenciales en Michoacán ante el temor de contagios por una nueva enfermedad de la que lo poco se sabía es que amenazaba con costarle la vida al 5 por ciento de los pacientes que la contrajeran.
En medio de un auténtico miedo, especialmente cuando se notificó el 29 de febrero de 2020 el primer caso en la Ciudad de México, comenzaron a evaluarse medidas que pretendían evitar las catástrofes sanitarias de otros países y ordenar un aislamiento casi total para evitar la propagación de contagios. La educación se contemplaba ya como una de las víctimas indirectas, de la pandemia.
Miles de alumnos que abandonaron sus clases, un rezago en aprendizaje que ni siquiera ha podido ser calculado por completo y un aprendizaje limitado de procesos de enseñanza a distancia dejaron más de año y medio clases presenciales limitadas por la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19).
En Michoacán 36 mil estudiantes dejaron los estudios como efecto exclusivo de la pandemia de acuerdo a uno de los últimos estudios en torno al fenómeno, las cifras más dramáticas la caída de la matrícula en un 6.1 por ciento en preescolar y un 2.2 por ciento en Educación Media Superior, de acuerdos al informe Operación Regreso A Clases: La Experiencia Estatal 2022, de México Evalúa.
SE BAJÓ LA CORTINA
Hace dos años, el 17 de marzo de 2020 comenzaba la determinación en Michoacán de suspender clases en todos los niveles educativos, en escuelas públicas y privadas, planeada en aquel momento hasta el 20 de abril, así lo informó el gobernador Silvano Aureoles Conejo quien como como otros diez gobernadores se adelantaron a la fecha que estableció el gobierno federal unos días después.
No hubo el regreso esperado, las extendidas vacaciones de Semana Santa se convirtieron en meses sin clases en las aulas. Se determinó terminar aquel ciclo a distancia, prácticamente improvisando para la marcha.
Para el ciclo 2020-2021 el gobierno federal implementó ‘Aprende en Casa’, una limitada guía de estudio por televisión que se probó desfasada, inútil y poco práctica al término de pocos días. Sin una guía real, las entidades y las propias comunidades educativas fueron adaptando sus modelos y posibilidades de enseñanza conforme pasaron los meses, pero el ciclo apuntó a terminar nuevamente lejos de los planteles escolares.
INFORMES NO SON FAVORABLES
El informe de México Evalúa y el Tecnológico de Monterrey señala que en Michoacán hubo un regreso parcial y limitado el 14 de junio de 2021 para atender a los alumnos con rezago. No obstante, con el cambio del Gobierno en el horizonte y por choques con el sindicato, las aulas no volvieron a abrirse hasta el 20 de septiembre. La nueva administración puso a disposición del público un micrositio con comunicados oficiales, protocolos y herramientas.
El documento apuntó que las afectaciones al aprendizaje se detectaron desde finales del ciclo escolar 2020-2021, en que regresó a las aulas un número limitado de alumnos que tuvo nula o poca comunicación con sus profesores y que además se encontraban en proceso de graduación, es decir, varios de los alumnos más impactados fueron aquellos que estuvieron los niveles educativos de transición.
La idea era ofrecer una prueba diagnóstica y un curso de regularización, pero en Michoacán, señalan, no hubo directrices sobre la valoración diagnóstica durante el ciclo escolar 2021-2022.
En afectaciones emocionales, de acuerdo reporte, el protocolo informa que se habilitó un micrositio con materiales y actividades para cuidar la salud socioemocional de los estudiantes, pero no se menciona de qué manera se incorporarán a las clases, detalla el informe.
En torno a la infraestructura y su mejora en el contexto de la pandemia, el estado no emitió reportes sobre la infraestructura de las escuelas y la rehabilitación de las mismas. Solo se llegó a hablar de las escuelas afectadas por el paso del huracán Nora, señalan.
Sobre los protocolos de salud el informe señaló que se publicó el protocolo basándose en las indicaciones federales incluyendo medidas como limpieza y desinfección de los espacios educativos, filtros sanitarios, asistencia rotativa limitada al 50 por ciento de la matrícula, sana distancia y uso de cubrebocas.
El reporte señala que el 14 de junio regresaron 4 mil 437 alumnos de sexto de primaria y tercero de secundaria, representando el 0.34 por ciento de la matrícula total, que tuvieron poca o nula comunicación con sus maestros desde el inicio de la contingencia sanitaria. Con la asistencia de los alumnos por dos semanas se buscó realizar una prueba diagnóstica y cursos de regularización.
En el estado se vivió mucha presión de la CNTE, la cual constantemente rechazaba el regreso a las aulas, principalmente por los adeudos del estado a los profesores de educación básica. Las autoridades del gobierno saliente descartaron el regreso a las aulas en agosto ante la falta de condiciones, posición que fue rechazada por el gobierno entrante que apoyaba el regreso a las aulas, indica el documento.
LARGA RUTA DE REGRESO
Sin arreglar lo relativo al adeudo a los docentes, el 20 de septiembre se decidió que reiniciarían las clases presenciales en el nivel básico. Aun así, el dirigente de la sección XVIII de la CNTE informó que el 70 por ciento de las escuelas de educación básica no regresarían a clases al no haberse liquidado los adeudos A dos semanas del regreso, en el nivel básico, solo el 20 por ciento de los planteles estaban abiertos, mientras que en media superior abrieron el 68 por ciento de las aulas para recibir al 38 por ciento de la matrícula.
El nuevo gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, analizó la idea de hacer el regreso a clases obligatorio y relanzó la convocatoria para el regreso generalizado el 11 de octubre para el nivel medio superior y superior y el 18 del mismo mes para el nivel básico. En realidad, se trataba de dar por fin seguimiento a la postura del presidente Andrés Manuel López Obrador, que desde agosto había querido a los niños en los salones de clases, pero los rebrotes y las negativas gremiales habían impedido su voluntad.
Con el cambio de gobierno en varias de las entidades, varias de ellas ahora con mandatarios morenistas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo un nuevo intento por regresar a los planteles para ese 11 de octubre.
Sin embargo, alrededor de 30 mil docentes, es decir, el 36.43 por ciento del total no regresó a las aulas por no haber recibido aún su sueldo adeudado. A los maestros les llegaron a deber cinco quincenas, en una problemática que se no se solucionó de forma inmediata ni siquiera con el cambio de administración estatal y el presunto apoyo de la Federación.
Tras la liquidación de los pagos pendientes, la sección XVIII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) estableció que regresaría el 8 de noviembre a las aulas. Expresaron además que el 50 por ciento de las escuelas no estaba en condiciones para el regreso por falta de acceso a agua potable y algunos casos de planteles vandalizados.
Los especialistas señalan que ya hacia el final del semestre, el 98 por ciento de las escuelas de educación básica reanudaron las actividades presenciales con un aforo limitado al 50 por ciento, asistiendo el 53.91 por ciento de la matrícula.
Para el mes de marzo, finalmente el 100 por ciento de las escuelas de nivel medio superior y el 99 por ciento del nivel superior abrieron sus puertas en su totalidad, sin escalonamientos ni formatos híbridos, según la Secretaría de Educación estatal, tras un decreto del gobernador Ramírez Bedolla. En los primeros reportes se indica que asistieron el 51.18 por ciento y el 44.7 por ciento de la matrícula, respectivamente.
Un extraodinario recuento cortesía del escritor Juan Bustos de la voz de Michoacán.