Por: Juan José Rosales Gallegos.
Morelia, Michoacán 9 de febrero 2022.- La determinación de Octavio Ocampo por cohesionar al Partido de la Revolución Democrática (PRD) no está en duda. Visualiza los colores negro y amarillo desprendiéndose de un letargo ominoso e insípido y sueña con el momento de contemplar en el cenit al sol azteca, marcando una nueva ruta de triunfos electorales.
“Mientras el PRD exista, la lucha por las libertades no perecerá, no se detendrá y no nos rendiremos hasta que se cristalicen los ideales de justicia e igualdad. Vamos por la reconciliación, vamos por la reconstrucción. En nombre de la democracia es necesario mejorar juntos y construir para lograr avanzar”. Así concluyó, el dirigente estatal, su discurso pronunciado el pasado 5 de febrero. Su determinación y compromiso son palpables.
Octavio Ocampo, líder del perredismo local, convocó a las mujeres y los hombres que todavía militan en su partido a, “reinventar nuevos horizontes”, caminar en el mismo sentido y soltar las prácticas que no les han permitido avanzar. Un emotivo llamado que, lamentablemente, no podrá pasar del discurso a la práctica mientras el Comité que encabeza esté conformado por traidores y burócratas insulso e inútiles. La oposición al PRD está en el propio Partido de la Revolución Democrática.
Mientras no se ventilen las corruptelas de los dirigentes anteriores, se exhiban a los traidores y se vuelva a otorgar el reconocimiento a los verdaderos liderazgos en los municipios, los buenos deseos quedarán en el territorio de la fantasía. Octavio Ocampo quiere, “regresar al origen que nos vio nacer, a los principios ideológicos del Partido de la Revolución Democrática que siguen estando y permaneciendo más vigentes que nunca”, condición imposible de no existir una limpieza profunda al instituto que encabeza.
Una opción socialdemócrata no puede renacer emergiendo entre intrigas, envidias, traición, silencios y opacidad. El PRD perdió la confianza que la mayoría de los michoacanos le otorgaron durante más de 15 años. Si la quiere recuperar, debe ser con un acto de contrición sincero y un compromiso honesto y claramente medible de retomar la pluralidad, democracia y transparencia, valores que impulsaron el nacimiento de este partido.
Para cerrar, “lo ocurrido en el pasado proceso electoral, sin dejar de reconocer los errores, pensando en no volverlos a cometer”, Ocampo debe pasar del discurso a la acción e iniciar con la purga de los maltrechos que tienen a su partido viviendo con respiración artificial. Sin determinación y mano firme, el ocaso es inminente.