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Tradicional vergüenza en la corrida del 2 de noviembre en Morelia

Por: Juan José Rosales Gallegos.

Morelia, Michoacán a 3 de noviembre de 2017.- La tradicional corrida de #DiaDeMuertos en #Morelia fue un evento desorganizado y deslucido. Lamento hacer esta afirmación, pero así fue. El encierro fue malísimo, pésimo igual que la actitud de algunos borrachos que solo van a la plaza a lucirse y no tienen ningún respeto por la fiesta.

Los de a caballo mostraron deficiencias. Cartagena, sin ganas, estuvo solo cumpliendo; vino a pasear a sus caras monturas. Gamero, con muchas ganas, pero nada más. Los de a pie levantaron un poco el ánimo en las gradas. Por alguna razón a Diego Silveti no se le da esta ciudad y su Plaza Monumental, el matador más joven de esta histórica dinastía tuvo rasgos de ese arte que corre pos sus venas, pero se dejó impresionar por los gritos de decenas de ignorantes, y se apresuró en sus dos astados en la suerte suprema pinchando en más de 5 ocasiones a cada uno.

Roca Rey, con su talento y arte fue la diferencia. De dos toros que no tenían nada, más que la vergüenza de las ganaderías que los pusieron en el ruedo, rescató torerísimas estampas que fueron agradecidas por el escaso público conocedor que asistió la noche del 2 de noviembre. De nueva cuenta irrumpió la estupidez y hubo quien, debido a la juventud del matador, le gritó “novillero”. Definitivamente, la miel no se hizo para el hocico de las bestias.

La constante de la tradicional corrida fue la desvergüenza de muchos borrachos, villamelones que se paseaban vaso en mano y no dieron tregua a los que se jugaban la vida en la arena. Una plaza llena de niños ricos, cuya abundancia solo era comparada con el tamaño de la borrachera con la cual llegaron; un solo acceso a la plaza que provocó un enorme caos y el retraso en el inicio de la corrida, vendedores gritando durante la lidia; en fin, una vergüenza.

Llegan con sus sombreros a beber y pedir música gran parte de los “aficionados” a los toros en Morelia, que siguen confundiendo la fiesta brava con el jaripeo.

De la autoridad de la plaza no hay más que decir que es un pobre hombre pusilánime, cuya falta de decisión apuñaló, una vez más, una corrida en la monumental de Morelia.

La «tradicional», una enorme decepción…

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