Por:Dr. Rogelio Díaz Ortiz.
“Muchos de los problemas de salud ingresan por la boca” RDO’
Sin duda alguna que uno de los tesoros más preciados en la vida del
ser humano es disfrutar de salud ya que sin ella se acortan tiempos, se
hace difícil lograr metas, se piensa, se siente y actúa diferente.
Hoy en día pareciera que la única enfermedad sobre la faz de la tierra
que interesa a los humanos es la causada por el COVID 19.
Sin embargo, existen muchas otras entidades nosológicas que
diariamente ocasionan internamientos hospitalarios, graves
complicaciones de salud y lamentablemente defunciones.
Son muchas y variadas las enfermedades que pueden afectar nuestra
salud, algunas son características de la edad, otras con seria
influencia del lugar donde se vive, otras más tienen una alta influencia
hereditaria, sin olvidar que hoy se encuentran de moda los
padecimientos crónicos, degenerativos y metabólicos.
En estas últimos, se puede incluir a los que se provocan por un estilo
de vida que acostumbra el consumo de comida rápida, altamente
procesada, con valores nutricionales deficientes y ostensiblemente
desequilibrados por lo que se expresan como consecuencia, entre
otras cosas, en el aumento de los niveles en sangre de colesterol y
triglicéridos.
Vale la pena recordar que estos son una forma de grasa que se
encuentra en la mayoría de los alimentos o que se “fabrica” en el
organismo para ser utilizado por el cuerpo como fuente de energía.
Los niveles elevados de triglicéridos, suelen asociarse a una dieta con
alto contenido de grasa pudiendo dañar a las arterias en general, pero
de manera muy especial a las que irrigan al corazón, los ojos, el riñón
o al cerebro con consecuencias muy severas, incluso la muerte.
Los niveles normales de triglicéridos en sangre, varían con el sexo y
la edad de la persona, las mujeres tienen normalmente niveles
mayores que el hombre y la mujer embarazada puede presentar los
triglicéridos elevados.
A mayor edad y mayor peso, los triglicéridos se pueden elevar
también.
Las cifras normales son menores de 200 mg/dl (miligramos por
decilitro). Niveles de 200 a 400mg/dl son considerados en el límite
superior. Niveles de 400 a 1000 mg/dl son considerados “elevados” y
más de 1000 mg/dl “muy elevados”.
Los niveles elevados pueden estar asociados a enfermedades del
Hígado, la glándula Tiroides, el Páncreas y los Riñones, a Diabetes
Mellitus sin controlar y a una dieta baja en proteína, pero elevada en
carbohidratos y grasas.
En contraste, niveles extremadamente bajos, menores de 10 mg/dl,
pueden estar asociados a desnutrición, mal absorción de nutrientes
por enfermedad del intestino delgado, hipertiroidismo y a una dieta
totalmente sin grasa.
Es importante considerar que este padecimiento suele acompañarse
de resistencia a la insulina y en consecuencia elevación de glucosa
en la sangre que casi siempre se expresa como diabetes mellitus,
además de elevación de la presión arterial conformándose de esta
manera el Síndrome Metabólico “X” cuya presencia disminuye
sustancialmente la calidad de vida y pone en serio riesgo la existencia
de quien lo padece.
Es de elemental importancia el evitar que esta tríada se asiente en
nuestro organismo ya que Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus e
Hipertrigliceridemia son entidades que cada una por si sola pone en
serio riesgo la vida, por lo que para nadie es difícil concluir que juntas
son una verdadera amenaza para la vida ya que una complica a la otra
y potencializa el daño que provocan en los diferentes órganos del
cuerpo.
Por lo anterior, se puede deducir porque hoy en día el control de los
niveles de triglicéridos se ha convertido en una acción estratégica y
necesaria en la búsqueda por restablecer la salud o al menos para
reducir complicaciones y el factor de riesgo de muerte.
Los remedios más efectivos para su disminución se enfocan
básicamente en una alimentación adecuada y balanceada que le
ayuden a la persona afectada a controlar la producción de este
elemento en su organismo.
Algunos de los remedios para disminuir los triglicéridos más
reconocidos por la mayoría de la población son el consumo de: Omega
3 en un equivalente a siete onzas de salmón, sardinas, bacalao o
arenque.
La ingesta diaria de un diente de ajo ayuda a reducirlos
considerablemente, también incluir en la dieta diaria media taza de
fríjoles secos puede contrarrestar este mal. Otros alimentos
recomendados son la Berenjena, Pepino, Papaya, Nopales,
Aguacate y Cáscara de mandarina, entre otros.
No hay que perder de vista e insistir que padecer de
Hipertrigliceridemia trae graves consecuencias para la salud y que la
mejor arma para evitar estas complicaciones es la prevención.
Como sencillas medidas generales de prevención se pueden
mencionar: consumir una dieta muy rica en fibra, tomar 2 litros diarios
de agua, practicar algún deporte y realizar actividad física de manera
habitual.
Eliminar las frituras, cocinar al vapor, asado o al horno tratando de
evitar la repostería que contiene mantequilla, manteca, lácteos en
general y mucha azúcar.
Evitar fumar o eliminar el cigarrillo de los hábitos de vida. No consumir
licor en exceso o preferiblemente, eliminarlo de su vida.
Nunca estará de más evitar las situaciones estresantes, mantener un
ánimo positivo, tratando de mantenerse alegre y disfrutando de la vida
además de visitar, cuando menos una vez al año a su Médico y
realizarse exámenes periódicos de sangre.
“Tener salud es un tesoro que debemos cuidar, en ello va nuestra
estabilidad física, mental y emocional, cantidad y calidad de vida…
por supuesto, nuestra propia existencia”.