Prevenir el consumo de drogas y el tráfico de armas en lugar de perseguir solo a capos del narcotráfico es la flamante estrategia de seguridad entre México y Estados Unidos, que tienen ahora el reto de evitar que el nuevo plan se convierta en más de lo mismo de lo que se ha hecho hasta ahora.
“Es bueno como mensaje político el cambio y este anuncio, pero lo importante va a ser la implementación y la coordinación entre México y Estados Unidos”, dijo a Efe, Eunice Rendón, experta en seguridad y migración.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, certificó la semana pasada junto al embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, el “acta de defunción” de la Iniciativa Mérida, la estrategia vigente entre ambos países desde 2008, y celebró el “acta de nacimiento” del nuevo plan: el Entendimiento Bicentenario.
El embrión de este programa, bautizado así por los 200 años de relación bilateral entre México y Estados Unidos, se planteó el pasado octubre durante la visita a la capital mexicana del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y ya se ha puesto en marcha con las primeras mesas de trabajo.
No solo buscar capos
El objetivo del Entendimiento Bicentenario es prevenir las causas de la violencia desde una perspectiva integral que sustituya a la Iniciativa Mérida, una estrategia eminentemente militar que impulsaron los entonces presidentes George W. Bush (2001-2009) y Felipe Calderón (2006-2012).
La persecución, captura y muerte de capos mexicanos del narcotráfico no ha reducido el consumo de drogas en Estados Unidos, donde se registraron 100 mil muertes por sobredosis en 2020, un récord histórico, ni tampoco la violencia en México, país que encadenó en 2019 y 2020 los dos años con más homicidios de su historia.