Morelia, Michoacán a 5 de junio de 2017.- El mantel de la política que se coloca sobre la mesa que es el país, a veces para engalanarla y muchas otras para tapar la cochinada que hay abajo, se va tejiendo hilo por hilo, puntada tras puntada. La aguja abre espacios y entrelaza, anuda y logra la forma idónea. Es arduo el trabajo y requiere de mucha paciencia.
Puede quedar un hilo suelto; los que no saben lo verán como algo sin importancia que se puede cortar y no pasa nada. Los que conocen de la política entienden que, si alguien jala de ese hilo suelto, provocará que toda la tela quede hecha un amasijo amorfo. Un solo hilo suelto puede provocar la destrucción completa de un proyecto.
En Michoacán hay algunos hilos sueltos del gobierno federal. Uno muy evidente es el procurador Godoy Castro, al que mantienen incrustado en el gabinete de Aureoles, a pesar de los graves yerros y las pifias que ha cometido; a pesar de estar directamente inmiscuido en la Masacre de Día de Reyes en Apatzingán, y de formar parte del equipo de trabajo que conformó grupos paramilitares al margen de la ley en la tierra caliente llamados, policía rural. A pesar de que, otra vez, se le comprobó que gusta de fabricar culpables para ¿resolver? los casos.
Otro hilo suelto de la federación en Michoacán es Carlos Aranza Doniz, exsecretario de salud, con el mismo ascendente político de Godoy Castro. Las sospechas y las certezas sobre el quebranto financiero en la dependencia que dirigió podrían desatar un escándalo cuyas proporciones podrían arañar el umbral de la residencia presidencial. Fue el propio Peña Nieto quién “sugirió” su permanencia en el cargo durante el primer año de gobierno de Aureoles.