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Los bloqueos y la violencia del martes, fueron cuidadosamente planeados

El martes violento que fue planeado

Por: Juan José Rosales Gallegos

Morelia, Michoacán a 8 de noviembre de 2017.- Fue un martes violento. Quienes bloqueaban de forma ilegal calles y avenidas, agredieron a ciudadanos que deseaban llegar a su trabajo, a la escuela, a sus casas. Ciudadanos agredieron a los que impedían la libre circulación, la frustración impulsó golpes, patadas y reclamos cargados de mentadas de madre. Elementos de seguridad pública golpearon de forma abusiva a manifestantes sometidos e indefensos. Periodistas y reporteros que cubrían los hechos se debían cuidar de unos y otros porque podría llegar un toletazo de algún gorila o una pedrada arrojada de forma anónima por las huestes de la CNTE.

La sinrazón se paseaba oronda por algunas zonas de Morelia, dónde la falta de gobernanza y el fracaso del diálogo, mezclado con las malsanas aspiraciones políticas de algunos, conformaron un coctel explosivo cuya onda expansiva cimbró a la estructura del gobierno estatal. Algo quedó claro, lo que pasó la mañana del martes 7 de noviembre fue orquestado. En determinado momento, las mentes perversas perdieron todo control y apareció la violencia desbordada.

Ahí quedan los videos de las agresiones, los gritos, el gas lacrimógeno, los palos, las piedras, las balas de pintura; los rostros cubiertos, los toletes y machetes; ahí está la semilla del caos sembrada. La evidencia indica que los manifestantes tenían órdenes de resistir a como diera lugar, y los elementos de seguridad de embestir contra todo y contra todos. Un escenario claramente armado que ya en otras ocasiones ha funcionado con fines político-electorales.

El secretario de seguridad pública, Juan Bernardo Corona, trataba de liberar las vialidades usando la diplomacia. Hablaba con los líderes haciendo un trabajo que no le toca, pero privilegiando antes que la violencia, la negociación. Pero a sus espaldas se giraban órdenes entre la tropa de cargar en cuanto se retirara el secretario. Y así pasó, con las lamentables consecuencias que ya conocemos. Alguno de los mandos de seguridad pública cumplió con su encomienda, traicionando la labor del superior.

Estos bloqueos, manifestación o como guste llamarla, fue demasiado violenta, los contingentes fueron conformados por la fracción más radical de la CNTE y de los otros sindicatos participantes. Se preocuparon especialmente por amedrentar y agredir a camarógrafos, fotógrafos y reporteros porqué sabían perfectamente la reacción que esto causaría. Reitero, ahí están las imágenes y los testimonios sobre lo que pasó para confirmar que todo fue orquestado.

Hace dos periodos de gobierno ocurría exactamente lo mismo, un colmilludo político michoacano avecindado en CDMX y repatriado al gabinete, junto con aliados en otros partidos políticos orquestaban un sinfín de conflictos, sumados sus aliados en grupos de choque y sindicatos. Cuando el caos aparecía, ofrecía al gobernador en turno (preocupado por la fiesta y la cultura en lugar de gobernar) la solución al conflicto convirtiéndose en pieza clave de la gobernanza. Luego, ese mismo “indispensable” fue candidato a gobernador.

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