Las “campañas negras” en Morelia
Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán a 22 de marzo de 2019.- En todos los equipos políticos existe un cuarto oscuro, una buhardilla en la que se urden acciones siniestras para lacerar a los adversarios. Muchos de los que hoy están en la palestra y muestran imágenes refulgentes, iniciaron formando parte de esos equipos inconfesables, con un sucio overol puesto tratando de ocultar las manchas de sus funestos actos. Ahí están, siempre atentos y moviéndose en sigilo; protegidos en la penumbra de la vergüenza.
Muchas veces, la llamada “guerra sucia” es la escoleta, un centro de capacitación para líderes de partidos políticos, estrategas y candidatos. Ahí comienzan sus carreras que puede culminar en una presidencia municipal, diputación, un buen cargo en el gobierno o llegar hasta los más encumbrados puestos, como ocurrió con el epítome de estos temas, Fernando Gutiérrez Barrios.
Todas las corrientes de pensamiento recurren al desprestigio como una herramienta o arma para dañar a los contrarios, nadie se queda con los brazos cruzados ni participa anteponiendo la buena fe o respetando las “reglas” establecidas. Conspiración y espionaje, análisis de información para desmenuzar la mentira y esparcirla como el polen en la primavera, una lenta aniquilación impulsada por la vulgar ambición de poder.
En un lugar pequeño como Morelia todos conocemos la historia de todos, los aciertos y tropiezos en el sendero recorrido para llegar a este momento. En este “pañuelo” sabemos quién es capaz y quién no. Los que han pasado toda su vida sin usar una corbata, ahora cuarentones se ven ridículos intentando acostumbrarse a esta prenda; al final no se pueden quitar el overol.
Defender lo indefendible con un cansado sonsonete que reafirma el origen de quien lo hace, tampoco ayuda.