Por Sarah Ontiveros
La respuesta sexual es la forma que tenemos los seres humanos de reaccionar ante diversos estímulos que nos provocan deseo de manera física, íntima y personal; una manera de conocer cómo funciona es relacionándola con una montaña rusa, la cual, sube, baja, aumenta su velocidad, además de provocar diferentes reacciones en las personas, ya que mientras unos se desmayan en el recorrido, otros están emocionados y disfrutando dicha experiencia.
Aunque es poco probable que al tener relaciones sexuales te desmayes, algo que sin lugar a duda puede pasar es el hecho de que alguno de los involucrados esté disfrutando más que el otro.
Es por eso que es importante conocer las diversas fases de la respuesta sexual humana, así como mantener una comunicación constante durante el acto sexual.
La respuesta sexual se compone de varias fases: etapa del deseo, caracterizada por la diferencia entre la respuesta masculina (visual) y la femenina (sensitiva); etapa de meseta, donde en el caso de las mujeres el clítoris se esconde y en el caso de los hombres se expulsa un líquido que puede contener espermatozoides; el orgasmo, etapa donde se liberan todas las tensiones sexuales acumuladas y por último, etapa de resolución, donde existe una sensación de relajación en todo el cuerpo, donde se llega a un punto tal de relajación, causando que uno de los involucrados llegue a quedarse dormido.
Cabe aclarar que habrá personas que logren llegar hasta la última etapa y otrxs que no lo logren, pero es completamente normal.
Al tener relaciones sexuales, liberamos diversas sustancias conocidas como “neurotransmisores del placer” mismas que encontramos en el sistema límbico, lugar en donde generamos nuestras emociones, almacenamos nuestras experiencias sean buenas o malas, entre otras cosas.
Sin embargo, así como se almacena todo esto también se puede llegar a atrofiar o saturar, provocando que la respuesta sexual se inhiba, como en el caso de la hipersexualidad o bien el uso de sustancias psicoactivas, que tienen como consecuencia el cierre de los receptores del placer, provocando que se pierda el deseo por tener relaciones sexuales y que se recurra a otro tipo de prácticas como la masturbación, pero al tener los receptores del placer cerrados, es complicado que se alcance el grado de placer deseado.
Para conocer cómo funciona nuestra respuesta sexual y la de otrxs es necesario trabajar en la comunicación, no sólo escuchemos con el cuerpo, es preferible hacernos los interesados, comunicar aquello que nos gusta, escuchar que le gusta a nuestra pareja o parejas y evitar hacernos los interesantes sólo por “impresionar” o porque nos avergüenza preguntar.
“La sexualidad, al margen de la erección y lubricación incrementa la sensación de salud percibida, una cuestión psicológica que incide en el estado físico del individuo.”
-G.Marañon