Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán 2 de septiembre 2022.- El 24 de agosto del presente año, ocurrió uno de los enfrentamientos más cruentos entre comandos paramilitares que responden a los intereses de bandas criminales. En la cabecera municipal de Tuzantla, Michoacán, al mediodía de ese miércoles los sicarios de uno y otro bando se dieron con todo frente a la población inerme que buscaba desesperada ocultarse. Se desconoce el número real de bajas, se habla de solamente 8 muertos.
Las imágenes de los cuerpos apilados destrozados por la metralla, vehículos en llamas y el festejo cavernario de los “ganadores” disparando sus armas al aire, circularon por redes sociales como una muestra más de la erosión de eso que se llama estado de derecho. La prevalencia de la fuerza criminal encima del discurso oficial de “vamos bien”.
El jueves 25 de agosto durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, se refirió a la batalla de Tuzantla: el día de ayer hubo una irrupción de vehículos, camionetas y motocicletas de presuntos miembros del grupo criminal La Familia Michoacana, en Tuzantla, en Michoacán. Y estos sujetos, según informes que tenemos, responden a las órdenes de un líder criminal apodado ‘el Pez’, y este sujeto abría atentado contra gente ligada a otro sujeto criminal de ese lugar apodado ‘el Chaparro’. Son lugares donde hay presencia del grupo de La Familia Michoacana. Hace algunas semanas fue ejecutado un individuo apodado ‘Lalo Mantecas’, que es también de este grupo, y las primeras investigaciones refieren que es una disputa entre misma célula criminal. Esto fue en Tuzantla, fueron victimados ocho masculinos.
De manera contundente, Mejía Berdeja declaró: “…se hizo un despliegue a partir de este evento por parte de la fiscalía de Michoacán, las fuerzas federales y estatales de seguridad en municipios vecinos y fueron tenidos cinco masculinos y una dama, aseguradas armas de fuego, vehículos y droga, y se está viendo por parte de la fiscalía la posibilidad de que pertenezcan a este mismo grupo que irrumpió en el municipio de Tuzantla”.
La práctica y la experiencia nos dicen que, un secretario de gobierno de una entidad federativa tiene menos información que el gran aparato del gobierno federal, por lo cual, resulta inexplicable que Carlos Torres Piña contradiga al Subsecretario Federal de Seguridad. No solo eso, desacredita al funcionario al contradecirlo afirmando, “en el caso Tuzantla no hubo detenidos”. Torres Piña fue más allá en su ofensiva contra las declaraciones de Ricardo Mejía Berdeja: “(si hubo detenidos…) probablemente fueron en el Estado de México o Guerrero”. El Subsecretario fue muy claro al afirmar que la detención de los cinco hombres y la mujer ocurrió en, “municipios vecinos” a Tuzantla.
La credibilidad en el terreno político de Carlos Torres Piña está en picada; su operación como responsable de la estabilidad social en el estado, altamente cuestionada. Durante una de las tantas entrevistas en las que habla sobre lo ocurrido en Tuzantla fue cuestionado por un reportero de la siguiente forma: Si hay coordinación (entre los gobiernos federal y estatal), ¿por qué no saben de las detenciones? Torres Piña, lacónico respondió, “porque no nos han notificado el tema”. El secretario de gobierno, el hombre fuerte garante de la estabilidad política se revela disminuido y aislado.
