Morelia, Michoacán.- Con el fin de elevar el nivel de vida de las y los artífices, sus familias y sus comunidades, el Instituto del Artesano Michoacano (IAM) contribuye a mantener la actividad artesanal como alternativa de empleo, privilegiando el respeto a las diferencias culturales de sus creadores y los recursos naturales, así como a rescatar, conservar y fortalecer su identidad histórica y cultural e impulsar la eficiencia de los procesos productivos y la comercialización de sus productos artesanales en el ámbito local, estatal, nacional e internacional.
El director general del IAM, Claudio Méndez Fernández, destacó que la dependencia trabaja bajo una estrategia integral, en la cual se evita la extinción de las manifestaciones artesanales por medio de la formación de talleres y de la capacitación de artesanos y aprendices.
Asimismo, señaló que en Michoacán existen 35 mil artesanos que trabajan las diferentes ramas, como madera, textil, metalistería, laca perfilada, fibras vegetales, cerería, arte plumario, alfarería, entre otras.
La actividad artesanal en Michoacán se divide en siete regiones por su relación con las características étnicas y culturales de cada pueblo.
En la región Occidente hay varios grupos étnicos, principalmente el purépecha, que predomina en comunidades como Huáncito, Ichan, Santo Tomás y Tacuro, en la Cañada de los Once Pueblos, además de Tarecuato, Patamban, Tzirio, San José de Gracia, además de poblaciones como Sahuayo y La Piedad, que son mestizas pero que tienen origen mexica.
Su producción artesanal es abundante e incluye sombrerería de trigo y palma, textiles, talla en madera aplicada a la creación de utensilios de cocina y de máscaras de fino trabajo, cerería decorativa con fines religiosos, talabartería y alfarería, que es la más representativa y diversa.
La región Lacustre está conformada por las localidades de la cuenca Pátzcuaro-Zirahuén. Su población es principalmente purépecha y en esta región se encuentra la mayor diversidad artesanal de Michoacán, trabajándose casi la totalidad de las 16 ramas artesanales con que cuenta el estado.
La región Meseta aporta gran parte a la riqueza cultural del estado; sus pueblos conservan fiestas, tradiciones e indumentaria como expresión del sincretismo entre las culturas que coexistieron en la época colonial: purépecha, española y africana.
Esta zona tiene un clima templado con lluvias frecuentes, lo que permite una vegetación abundante y propicia para el desarrollo de áreas forestales en tierras medidas y altas, de las que se aprovechan sus maderas para la elaboración de muebles, máscaras, guitarras, juguetería y escultura en general, incluso para construir la troje, que es la vivienda típica de la región.
Otra importante actividad artesanal son los textiles, tejidos por las mujeres en telar de cintura, de origen prehispánico, mientras que los realizados en el telar de pedal, cuyo origen es europeo, son comúnmente hechos por hombres. Se realizan también los bordados en punto de cruz, deshilados, los cuales destacan por su complejidad y delicadeza, la elaboración de alfarería, herrería, maque y joyería, entre otras.
Los grupos indígenas mazahua se encuentran en la región Oriente, conformada por los municipios de Zitácuaro, Susupuato, Ocampo, Angangueo y Tlalpujahua; y los otomíes, que se ubican en las tenencias de Curungueo y San Felipe de los Alzati.
Entre las principales artesanías de esta región destacan los textiles tradicionales, elaborados por los mazahuas, y los trabajos en cantera, los cuadros de popotillo, las esferas, la joyería, los adornos de latón y el ancestral arte plumario, de los otomíes.
Los municipios de Coahuayana, Aquila y Lázaro Cárdenas pertenecen a la región Costa, cuyas comunidades utilizan recursos naturales marinos y terrestres para la elaboración de su artesanía, como caracol púrpura, suelos arcillosos, especies vegetales de bosque tropical usadas para elaborar diversos objetos y teñir sus textiles de algodón, la palma y la corteza de algunos árboles.
Morelia y municipios aledaños conforman la región Centro, y en ésta se elaboran diversas manufacturas artesanales, distribuida cada rama artesanal según los recursos naturales disponibles en su entorno; así, alrededor del lago de Cuitzeo se desarrollan artesanías con fibras vegetales, como tule, chuspata, carrizo, hoja de maíz y fibra de maguey, mientras que en otros lugares se hacen presentes los textiles, la madera, la herrería, el trabajo en cantera y piedra volcánica (metates y molcajetes), talabartería y el arte plumario.
En la región Tierra Caliente, los artesanos trabajan la alfarería, curtiduría y la elaboración de huaraches, así como la talabartería. Es común observar a las mujeres terracalentanas con adornos orfebres en oro o plata, que se venden en las plazas de Huetamo, Michoacán, y Ciudad Altamirano, Guerrero.
La región es además productora y distribuidora en grandes cantidades de sombreros de palma; de esta manera la producción artesanal se convierte en parte importante de la economía local.