Por: Humberto Urquiza Martínez
El próximo 11 de febrero, vence el plazo para que, al interior de los partidos políticos, aquellos militantes o simpatizantes que se registraron para participar como parte de su proceso de selección interna (y se haya dado aviso al órgano electoral nacional y local), puedan difundir sus propuestas y acciones, para que la elección o designación de los candidatos que se postularan por cada partido, tomen la decisión de quien será el candidato de cada instituto político.
Más allá de lo controversial que puede ser el caso en el que se difunden abiertamente propuestas a la ciudadanía, cuando quien elige a los candidatos, es un cuerpo selecto de militantes que, cubiertos en figuras de consejos, asambleas, o comités, toman la determinación, por tanto, serían los únicos que tendrían que ser objeto de esa difusión, lo que resalta, es el hecho de que mucho se esperaba de ruido a interior de los partidos y poco se encontró.
Al ser una elección concurrente, en el que, para el caso de Michoacán, se elegirán 3 senadores, 12 diputados federales, 40 diputados locales y 112 Ayuntamientos, se pensaría que las precampañas estarían en plenitud de exposición pública, desde finales del año pasado y principios del presente, saturando a los ciudadanos con diversidad de propuestas o por lo menos, anuncios (ello sin contar el caso de los candidatos independientes federales y locales), lo que no sucedió, y si bien en algunas regiones encontramos casos de dicha propaganda, lo cierto es que no fue lo que se esperaba (y quizá, si, lo que se deseaba). Nada extrañamos, claro, pero si resalta ello y nos pone en espera, para que, a partir del 30 de marzo, se presente un primer desenvolvimiento de la difusión de campañas federales, y complementadas el día 14 de mayo, para el caso de lo local.
Con el arranque de las campañas electorales locales en el mes de mayo, tendremos un mes y medio de impresionante bombardeo, sin precedente, de imágenes políticas que llegarán a ser tan saturadas en su cantidad, que podrían aniquilarse entre ellas mismas.
Si bien, a partir del 12 de febrero será imposible encontrar actos de difusión, no dudemos que, en algunos casos, el fervor o el conflicto producto de la designación de los candidatos de cada partido, nos lleve a actos anticipados de campaña, con los riesgos de, inclusive no poder ser registrado como candidato.
Es así, que será mes y medio (del 12 de febrero al 29 de marzo) de aparente silencio o veda electoral, periodo en el cual, no se podrá publicitar nada en favor o en contra de candidatos, y que, de suceder, habrá sanciones. Sin embargo, el gran tema será saber, si realmente los candidatos pueden soportar tanto tiempo en la sombra electoral y no les gana la necesidad de difusión electoral.
Esperemos que no sea así, y que el periodo de campaña electoral federal a partir del 30 de marzo y de las local, el 14 de mayo, ambas terminando el 27 de junio, sean el único momento de saturación de mercadotécnica política. Ojalá se pueda evitar más el hartazgo ciudadano frente a campañas electorales diferentes y propositivas.