Por: Juan José Rosales Gallegos.
Morelia, Michoacán a 8 de mayo de 2017.- Mal, muy mal se vieron Bárbara Ramírez titular de la secretaría de derechos humanos, y Apolinar Josafat Mendoza, secretario de organización del Comité Directivo Estatal del PRD, al abandonar su lugar en el presídium durante el evento por el 28 aniversario de la fundación del instituto político. Buscaron generar un escándalo. Luego de recibir la orden de su “jefe” político, Fidel Calderón, se levantaron de sus lugares y se fueron. No se dijo nada y nadie de los presentes los extrañó. Lo cortés no quita lo valiente, y la educación, la aprendemos en casa, no en la expresión política que los cobija.
En el evento celebrado el domingo 7 de mayo en el Salón Michoacán del Centro de Convenciones de Morelia, se marcó la ruptura definitiva del pequeño grupo de Fidel Calderón con el PRD. La corriente definida por tres letras, FAP (fuimos a patalear), deja definitivamente los colores negro y amarillo. Esta debe ser la consecuencia lógica que marca la congruencia, dignidad y valor; aunque de una persona (Calderón) que ha vivido del chantaje y los “cambios de camiseta” se puede esperar cualquier cosa.
En uno de los foros regionales organizados con motivo de este aniversario, en Lázaro Cárdenas, Fidel Calderón fue avergonzado por la militancia de ese partido. Junto con Manuel López Meléndez, presentaría su visión del partido; pero Calderón aprovechó el momento para promocionar a su candidato, López Obrador, lo que provocó molestia en la mayoría de los asistentes, que al escuchar la ingrata e insidiosa perorata del diputado federal, abandonaron el lugar. El vacío lo obligó al silencio.
Lo único que busca Fidel Calderón son espacios políticos, y los quiere conseguir igual que los anteriores: amagando, engañando, chantajeando. Pero ya se quedó solo.