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En Michoacán hubo más retroceso en la educación que avance

8 de Octubre de 2021. – Morelia, Michoacán. Un balance con más retrocesos que avances en el sector educativo deja la labor administrativa del sexenio de Silvano Aureoles Conejo, donde, si bien se logró progresar en un cierto ordenamiento al atender el tema estructural de la falta de presupuesto, de cualquier forma, se deja un sector convulso con dos meses de adeudos en salarios y sin resolver demandas añejas, tanto en materia de pagos como de aprendizaje.

Aunado a ello, la segunda fase del sexenio fue una resbaladilla que siguió hundiendo a Michoacán en enseñanza y aprendizaje, de acuerdo con los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que ubican a Michoacán entre las tres entidades con mayor rezago educativo y la que más acrecentó esta problemática en los últimos dos años.

DEUDAS Y PANDEMIA

En el tema económico, son más de 5 mil millones de pesos es lo que se requieren solamente en el sector de educación básica para saldar el gasto corriente con maestros y administrativos, además otra cifra similar para los otros niveles. Es decir, se deben más de 10 mil millones de pesos en temas como salarios adeudados, bonos pendientes, prestaciones que no se han pegado puntualmente y algunos pagos retroactivos que han faltado por liquidarse.

Con todo y la presunta federalización de la nómina, parece que la problemático no hizo más que ensancharse de 2019 a la fecha, el dinero cada vez alcanza menos y los pendientes con el sector magisterial se incrementan. Esta situación de impagos termina por impactar también la calidad de la enseñanza, con maestros descontentos que no ejercen a cabalidad sus funciones en un estado donde ya, de por sí, la mano de los gremios menoscababa el potencial docente de muchos profesores al atarlos a intereses políticos y no educativos.

Cerró el gobierno estatal que encabezó Silvano Aureoles Conejo con un sector que se encontraba convulsionado y sin clases en la mayoría de los planteles públicos ante el impago, además de que la mayoría de las escuelas señala que se carecen de recursos para solventar el cubrir insumos para prevenir contagios de COVID-19.

 

En resumen: no se ha vuelto a clases por falta de pagos, pero aún en el mejor de los escenarios los centros educativos no estaban listos para actividades presenciales, pues el reducido recurso de la Secretaría de Educación del Estado (SEE) no alcanza para solventar las necesidades de los 14 mil planteles, tomando en cuenta que, más allá del discurso de mejora en infraestructura, cientos de escuelas carecen hasta de un servicio de agua, indispensable para la higiene sanitaria en tiempos de pandemia.

Asimismo, en los temas políticos, en el sector básico han tenido diversos procesos de descomposición, como la fragmentación como el caso de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que se dividió aún más y son ya tres expresiones que se reivindica con el liderazgo de dicha sección: particularmente dos que pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Esta misma división ha quitado, sin duda, peso al poder de acción de la base magisterial como gremio, ya que ninguna expresión ha podido consolidar los pagos ni presionar lo necesario para solucionar de golpe la crisis que les aqueja.

 

 

 

Fuente : JLD / lv / Edit by RSM

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