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El PRI y el ataque de los caníbales

El PRI y el ataque de los caníbales

Por: Juan José Rosales Gallegos

Morelia, Michoacán a 13 de agosto de 2018.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) sufrió la más estrepitosa derrota de toda su historia y la forma más sencilla de explicar la debacle es sumarse a la teoría del tsunami, cruzar los brazos y aceptar que no había nada que hacer, que lo que pasó era inevitable. Pero la realidad es que el PRI en Michoacán inició perdiendo la contienda desde el año 2015, que llegaron divididos a la elección del 2018 y que las luchas intestinas por el poder son la verdadera causa de que estén al borde de la extinción.

El canibalismo en el Revolucionario Institucional, luego de la elección de julio se agravó, ya no se pelean las candidaturas ni los espacios en los equipos de campaña, ahora los grupos quieren derrocar a la actual dirigencia y apoderarse de los despojos, tomar lo que sea que les permita cierto estatus o la posibilidad de “poder negociar” con los que ahora tienen la sartén por el mango. Tener algo que ofrecer para asegurar la supervivencia gracias a la peor de las felonías.

El PRI en Michoacán inició en el año 2015 el ciclo electoral que culminaría el 1 de julio de 2018 con números rojos, una deuda de casi 25 millones de pesos. Compromisos no cumplidos y adeudos por diversos conceptos, desde el pago de servicios personales, laudos laborales, pago de viáticos y multas impuestas por los órganos electorales fueron la herencia que recibió Víctor Silva Tejeda; su dirigencia empezó debiendo, el impulso negativo.

Y así se desarrolló el proceso previo, luego vino la renovación de los consejos y dirigencias municipales, y después la asignación de candidaturas cumpliendo los caprichos a los grupos, “respetando” cacicazgos y sacrificando al instituto político en aras de la unidad fingida, que al final, fue su desgracia. Lo peor que les pasó a los priistas fueron las imposiciones “de fuera”, los deseos y pretensiones de los mexiquenses que provocaron la diáspora de sufragios. Un ejemplo fue Morelia, donde los CastilloBoys se sirvieron con la “cuchara grande” y se apoderaron de la candidatura a la presidencia municipal, diputaciones locales y federales. No ganaron una, los morelianos se cobraron en las urnas las afrentas del “virrey”, y sus esbirros pagaron las consecuencias.

Las intromisiones continuaron, el “fuego amigo” contra Silva Tejeda y su equipo hizo más daño que la guerra sucia, las descalificaciones y la falta de recursos económicos: Los priistas destruyeron al PRI, además de la corrupción y los excesos (razón de la derrota), la ambición, la revancha y la traición. Los que vendieron su alma y su futuro a los mexiquenses, los que arrastran deseos de revancha y vendetta desde los años ochentas del siglo pasado, y los que no entienden que su tiempo ya pasó y quieren heredar lo que no les pertenece, son los padres de la derrota del otrora “partidazo” en Michoacán.

PD: Hasta un legislador federal que forma parte de la bancada del Partido Verde, que por conveniencia electorera pegó un medido “chapulinazo”, es de los que ahora agreden de forma vil y cobarde. Omar Noé Bernardino, el llamado “valecito”, confirma con sus acciones su calidad de cínico.

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