Por: Humberto Urquiza Martínez
El sistema político se conforma de varios subsistemas, el de gobierno, el electoral y el de partidos (representación política). La conjunción de las mejores características de esos 3 sistemas permite el funcionamiento del mejor modelo de sistema político, mismo que tiene como objetivo, la forma de organizar el ejercicio del poder público.
Históricamente los partidos políticos han sido el único mecanismo de acceso de los ciudadanos al poder y, por tanto, han detentado el control absoluto en la representación política. Sin embargo, con la reforma constitucional de 2011, relativa a la incorporación de los derechos humanos internacionales al derecho nacional, así como a la supremacía jurídica de los mismos, inició el cambio en el modelo de representación política, por lo que se generó un cambio en el sistema de partidos.
Dicha reforma produjo condiciones propicias para incorporar nuevas formas de representación política, la primera, es el caso de los pueblos y comunidades indígenas, que a partir del reconocimiento de sus derechos colectivo relativo a sus mantener sus propias instituciones políticas, a partir del reconocimiento de la libre determinación y de la autonomía, se incorporó en el modelo electoral, en de representación y el de gobierno, nuevas formas de funcionamiento a partir de la visión de los pueblos indígenas, lo que, invariablemente está impactando el modelo de sistema político.
Posteriormente, para el año de 2013, al incorporarse la figura de candidaturas independientes en el sistema de representación, se logró la transformación de un modelo de representación política cerrada, a un sistema de postulación abierto, conformado por los partidos políticos, candidatos independientes y la representación tradicional de los pueblos y comunidades indígenas.
Aunado a lo anterior, la descomposición ideológica de los partidos políticos está generando nuevos retos en la naturaleza y estructura de estos, toda vez que la representación ya no tiene como atractivo y referente a la ideología política, sino al pragmatismo.
Al término del presente proceso electoral, se iniciará un ciclo fuerte de cambios en los partidos políticos, que permita adecuar las ideologías políticas en cada uno de ellos, así como canalizar las nuevas formas de representación, acoplando la tendencia de apertura en la representación política nacional, por conducto de los independientes y pueblos indígenas.
De no lograrse la adecuación de esos cambios y generar las mejores condiciones en la transición de la representación política, los partidos políticos tendrán fuertes consecuencias frente a la sociedad y ello tendrá efecto directo en el gobierno, afectando la credibilidad en quienes integren los diversos espacios institucionales que se integran por elección, afectando la legitimidad de estos.
Esos cambios vendrán en principio, a modificar algunas leyes, pero sobre todo deberá de existir una evolución en la cultura política al interior de los dirigentes partidistas. La efectividad de esa evolución en la representación dependerá del impulso y seriedad que se tenga, frente a los derechos políticos.
