Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán 21 de diciembre 2023.- Reza un dicho popular, “palo dado ni Dios lo quita”, y fue lo que políticamente recibió hace unas horas Alfredo Ramírez Bedolla. La designación de Celeste Ascencio y Raúl Morón (en ese orden) como la fórmula que contenderá representando al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por los escaños en el Senado de la República, confirma la debilidad del gobernador de Michoacán y la distancia que existe con la cúpula del poder dónde se toman las decisiones.
Anteriormente mencioné que, muy pronto está naufragando el proyecto político de Ramírez Bedolla, consecuencia de un cúmulo de decisiones erráticas, soberbia de novato y la guía de su bunker ideológico, bisoños que se pusieron a jugar a la “estrategia” en un tablero imaginario. La contención de daños que pretendan hacer es inútil, palo dado ni Dios lo quita.
El que lleva la peor parte de esta situación es Carlos Torres Piña. Su trabajo político es incuestionable, la estructura construida en todo el estado es la columna vertebral de Morena en Michoacán y de nada le sirvió. Su “socio” todo echó a perder por su comportamiento de cacique pueblerino. ¿A dónde se llevará su capital Torres Piña? ¿Ya se habrá dado cuenta que muy poco le ayudan los que presumían poder y control? Al exsecretario de gobierno y exdirigente del PRD se le acaba el tiempo para cristalizar su anhelo de superar su etapa de burócrata y convertirse en un verdadero referente político en el estado. Para lograrlo, necesita medirse en las urnas en una contienda estatal y está oportunidad ya se le fue.
¿Qué estarán pensando en el bunker ideológico de Ramírez Bedolla para cubrir la debacle? Con morbo espero la “maroma” que durante los próximos días pondrán en marcha para mantener la ilusión de que somos gobernados por uno de los diez mejores del país. Puedo decir con certeza que un primer paso será culpar a Silvano Aureoles de lo que les pasó. Siempre lo hacen.