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Dependencias trazan estrategia para prevenir inundaciones en Morelia

Morelia, Michoacán. En atención a la instrucción del presidente municipal, Alfonso Martínez Alcázar, este lunes se realizó la primera reunión de trabajo para revisar las acciones que formarán parte del Programa de Prevención de Inundaciones 2023, el cual arrancará el próximo mes de febrero.

En este programa se involucra la Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente; la Secretaría de Servicios Públicos; la Secretaría de Obras Públicas y el Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Morelia (OOAPAS).

Los titulares de las dependencias mencionadas, dieron puntual seguimiento al plan de actividades a realizar este año, previo a la temporada de lluvias, entre las que se consideran: la limpieza profunda de ríos y drenes de la ciudad; chaponeo de cunetas, canales y rejillas; desazolve de la red de alcantarillado, por mencionar algunas acciones para garantizar el correcto funcionamiento de la infraestructura pluvial de la ciudad.

De acuerdo con el plan de trabajo establecido, el Programa de Prevención de Inundaciones dará inicio el próximo 7 de febrero, el cual se focalizará en las zonas susceptibles de inundaciones, ante la temporada de lluvias que inicia en el mes de mayo.

De esta forma, el Ayuntamiento de Morelia que encabeza Alfonso Martínez Alcázar, asegura que mantiene su compromiso de velar por la seguridad y el bienestar de las y los morelianos, con acciones preventivas para salvaguardar la integridad de la población.

Morelia, foco rojo

Desde el próximo 15 de mayo y hasta el mes de noviembre, las precipitaciones serán parte constante de los pronósticos de clima y con ello el riesgo de inundaciones en una ciudad, como Morelia, que en los últimos años ha sufrido graves problemáticas por este tema.

Los especialistas tienen claro que las faldas del cerro del Quinceo, la zona alta de la Loma de Santa María, buena parte de las calles cercanas a la avenida Camelinas, el Bulevar García de León y Manantiales son las históricamente las regiones más propensas a sufrir daños, que van desde propiamente los encharcamientos hasta peligrosos deslizamientos de tierra.

En los últimos años el bordo del Río Chiquito, desde avenida Periodismo hasta la colonia Félix Ireta, ha sido otro punto particularmente problemático por las inundaciones, habiendo registros de un metro o más de profundidad en el agua anegada tanto en las vialidades como al interior de las viviendas.

A pesar de tener las lluvias encima y con amenazas de unos 20 huracanes impactando en las costas michoacanas, las labores recientes de remoción de basura de parte del Ayuntamiento no se han dejado ver, y si bien en durante el año se han percibido un par de jornadas de desazolve de ríos y drenes, no ha sido suficiente, pues los dos cuerpos de agua que surcan la ciudad lucen llenos de basura y lirio.

Del mismo modo, cientos de alcantarillas y coladeras están en mal estado, con un mantenimiento abandonado y que, en gran medida, de acuerdo con las propias autoridades municipales, se ha debido a una reducción importante de personal, lo que ha afectado los servicios municipales y, evidentemente, también este tipo de acciones.

El riesgo no es exclusivo de Morelia, y a pesar de las advertencias institucionales sobre los riesgos que traerá la fuerte temporada de huracanes de este año, los principales problemas de riesgo civil en ciudades, comunidades y hasta el impacto al campo no han sido mitigados por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Ciudades como Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Zitácuaro y municipios con alto riesgo como Angangueo, Peribán, Los Reyes y algunas poblaciones de la región de Tierra Caliente no han corregido los factores de riesgo de inundación en zonas habitacionales.

Pero sólo en el caso de la capital michoacana, la experiencia de las inundaciones recientes parece no servir. A casi tres años de la tragedia que dejó bajo el agua a más de 40 colonias y casi una centena con diversas afectaciones, la labor preventiva no tuvo continuidad y, como cada año, el riesgo es igual o superior al anterior.

Desde entonces no ha habido obras de impacto relevantes que ayuden a desfogar el agua, el mantenimiento ha sido escaso e incluso el municipio ha sufrido recortes federales que acotaron su capacidad de acción. Las buenas intenciones parecen evaporado más rápido que el agua de aquella intensa tormenta.

Abandonan proyecto del Río Grande

Los proyectos de rectificación de Río Grande de Morelia para evitar el desborde, así como la ampliación de canales y cárcamos de bombeo en el Río Chiquito no pasaron de ser sólo buenas intenciones, sin que hasta la fecha se tenga fecha de inicio de este proyecto en las zonas de riesgo de la ciudad.

En su lugar, las acciones de algunos vecinos en colonias de alto riesgo por inundación ha sido la de colocar costales y barricadas de arena en las entradas de sus hogares. El miedo que aquella fatídica noche de octubre de 2018, acompaña a más de 50 mil personas que perdieron muebles, pertenencias personales y hasta documentos entre el agua que ingresó a sus viviendas.

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