“Lo más importante es que se presenten pruebas, por qué sí no, son noticias sensacionalistas, amarillismo. Y ya, eso… es bastante”
Fueron las palabras del Presidente de la República, en la conferencia del jueves haciendo alusión a las declaraciones del Ing. Silvano Aureoles Conejo Gobernador constitucional del Estado de Michoacán; que el pasado martes, se apersonó sobre la calle Moneda, donde se ubica la entrada a la famosa conferencia de la mañana de Palacio Nacional, con la firme intención de ingresar para entregar las pruebas respecto al presunto fraude electoral en Michoacán, donde el crimen organizado habría apoyado a morena a ganar la elección el pasado 6 de junio.
Sin embargo… le fue negado el acceso. La justificación, el no dañar la investidura presidencial.
Llama la atención que siendo esta tribuna, un espacio en el que se juzga a diestra y siniestra, sin pruebas, no se le haya permitido al Gobernador de un Estado alzar la voz y no nada más usar su derecho de réplica, sino, presentar las pruebas solicitadas por el Presidente en ese mismo espacio. Lo que invita a reflexionar… ¿es entonces la conferencia de la mañana un espacio informativo veraz como afirma el Presidente? ¿No hubiera sido el momento propicio para desenmascarar al Gobernador en caso de que sus argumentos sean falsos? ¿No es obligación del Presidente de la República recibir a los Gobernadores para atender este tipo de asuntos, o cualquier otro con respeto y amabilidad?
Más allá de esta desafortunada situación, me parece importante mencionar que para nadie en Michoacán es novedad que el crimen organizado está involucrado en las elecciones. Las redes sociales y los chats en “whats” de muchos de nosotros se inundaron de imágenes, videos y audios de irregularidades que se presentaron en varias casillas en donde estuvieron involucrados grupos armados, o personas que fueron “levantadas” u obligadas a votar por morena o boletas marcadas con antelación a favor de ese partido.
Por qué tendríamos que aceptar el resultado sin más, las pruebas están, se presentaron, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver o quizá ya sabe la verdad pero se niega a aceptarla públicamente. Sin embargo, ignorar la verdad no hará que desaparezca, sino al contrario. Y finalmente, cuál sería el problema de recibir a un Gobernador y escuchar sus preocupaciones, o si se tuviera que anular la elección y realizarla nuevamente, si en todo caso su partido, – el del Presidente – cuenta con el respaldo incondicional del electorado.
Lo verdaderamente importante es definir si el narco está involucrado o no y en qué medida. Por qué de ser así, la preocupación del Ing. Silvano Aureoles es verídica y debería de ser atendida inmediatamente por el gobierno federal, dado que es un tema que le corresponde por completo.
Seamos claros, para los michoacanos la presencia de estos grupos es real, no permitamos que intenten tapar el sol con un dedo. Exijamos que resuelvan este y todos los asuntos en los que se han involucrado, a nadie le conviene que se implante un narcogobierno en nuestro Estado, mucho menos al inquilino de Palacio.
Carla González
Analista político, Gestor Cultural