Por: Juan José Rosales Gallegos
A través de un comunicado, el Congreso del Estado informó: “Las Comisiones Unidas de Hacienda y Deuda Pública y la de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública, aprobaron la reestructura de la deuda pública por casi 11 mil millones de pesos, a pagarse en un periodo de hasta 20 años”.
El próximo jueves 2 de marzo este capítulo llega a su fin cuando el dictamen sea presentado al pleno para ser votado. Seguramente será aprobado por mayoría. ¿Qué pasará con el diputado Villegas después?
El diputado panista, Miguel Ángel Villegas Soto, presidente de la Comisión de Hacienda y Deuda Pública de la LXXIII legislatura, aprovechó este grave trance para promocionarse personalmente, su protagonismo traspasó toda prudencia y no dejó ir un solo momento para mostrarse ante las cámaras.
Llegó a tal grado la soberbia y las ganas de sobresalir del diputado Villegas, que contraviniendo el procedimiento de comunicación entre los poderes legislativo y ejecutivo, tomó la atribución de enviarle un documento oficial al secretario de finanzas para citarlo a comparecer. La ley orgánica marca que debe ser el presidente de la mesa directiva quien solicite por escrito al secretario de gobierno la presencia de cualquier funcionario de la administración estatal, no debía hacerlo Villegas.
¿Qué hará ahora un diputado gris como Villegas sin los reflectores que la circunstancia colocó sobre su curul? Quiso sobresalir regateando algo necesario; construyó una efímera alianza con su partido que mezquinamente buscó retrasar la decisión de la reestructura para intentar obtener beneficios políticos.
La deuda no la contrajo la actual administración, ni la aprobó la actual legislatura, ¿cuál era el problema?