La elección en el Estado de México
Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán a 31 de mayo de 2017.- El Estado de México, es la joya de la corona en el mapa electoral del país; el diamante crece cuando en el horizonte aparece el 2018. Ninguno de los partidos o candidatos que disputan la gubernatura están pensando en los mexiquenses, cada paso que dan y declaración que espetan ocurre luego de un minucioso cálculo político.
La mayoría de los 125 municipios del Estado de México enfrentan graves rezagos y pobreza; los que presumen de riqueza son devorados por la megalópolis y arrastrados a sus graves problemas, como la falta de servicios y la contaminación.
Al señor Andrés López le importan un carajo los mexiquenses. Eligió a su Delfina como candidata por la maraña de complicidades y secretos que comparten, entre ellos, el delgado hilo que lo unió a su otrora enemiga, “la maestra”. Para el peje, EdoMex es Galípoli, y una victoria podría desencadenar todo, hasta su victoria en un año.
El PRI, monstruo de mil cabezas y ninguna, tiene en esta entidad la cuna de su etapa contemporánea con el llamado Grupo Atlacomulco. Al tricolor la victoria le representa votos, recursos y, sobre todo, imagen. Perder los exhibiría, pues quedarían descubiertas décadas de abuso y corrupción.
Para el PRD la elección en el Estado de México representa renacimiento, mostrarse al país como un partido vivo. Su candidato, contra todos los pronósticos se metió entre los finalistas, y quién sabe que podría pasar el próximo domingo.
El análisis sobre la participación del PAN es muy sencillo: Se volvió a equivocar eligiendo a Josefina, que solamente confirmó su ambición personal.
Estado de México, para los partidos, tiene valor político, electoral y económico. Nada más.