El colmillo de Monseñor Garfias.
Por: Juan José Rosales Gallegos
Morelia, Michoacán a 11 de abril de 2017.- Monseñor Garfias mostro su colmillo, su conocimiento de los conflictos y un manejo efectivo de los medios de comunicación. Algunos “reporteros” lo quisieron enredar, pero como buen torero aguantó a pie firme las embestidas; con un desplante de agilidad y gracia capoteó las malasartes y airoso, pudo decir lo que quería decir: Motivar el diálogo entre las partes como solución al conflicto.
Algunos de los medios asistentes a la rueda de prensa que el Arzobispo de Morelia ofreció el domingo 9 de abril, se ofendieron cuando directamente el prelado solicitó: “Ayúdennos a que la gente tome medidas precautorias y no pierda la esperanza. Todos los medios de comunicación pueden favorecer y crear condiciones para que la sociedad se tranquilice en situaciones tan dramáticas como las que hemos vivido recientemente y busquen colaborar en la construcción de la paz”. Se entiende claramente, quienes no abonan a la paz, forman parte del conflicto.
La respuesta de los asistentes fue mirarlo de reojo, más cuando Garfias señaló que, algunos medios de comunicación, se festinan con el “sensacionalismo sangriento, que genera miedo y desconfianza en la sociedad”.
“Yo no entendí eso que tú estás diciendo, que fuera en relación a cualquier manifestación. Yo entendí que con cero tolerancia, el gobernador se refería a la delincuencia. Eso fue lo que yo entendí”, respondió a un reportero que expuso su tendenciosa pregunta tratando de enredarlo. Pero Carlos Garfias no perdió la compostura, ni dio motivo a iniciar una guerra de declaraciones con el ejecutivo del estado.
El Arzobispo pidió, que a la par del diálogo, se lleve a cabo una investigación que revele que pasó en Arantepacua. Antes de señalar culpables, debemos conocer con certeza los hechos.