Por Sarah Ontiveros.
Cuando se habla sobre “sexualidad” se deben tomar en cuenta los llamados vínculos eróticos y afectivos, los cuales son aquellos sentimientos amorosos que tenemos por otrxs, el placer de estar cerca, tocarse, hasta el hecho de soñar con alguien que nos atrae, así como diversas acciones que resultan estimulantes con nuestra pareja sexual.
La sexualidad se experimenta y se expresa de muchísimas formas, no debemos pensar que hablar de ella es únicamente hablar de mantener relaciones sexuales consensuadas, ya que aquí se comprenden diversos aspectos que van desde el sexo, la identidad de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción, entre otras cosas. Misma que podemos expresar mediante los pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y relaciones ya sean sexuales, afectivas o ambas.
Sin embargo, existe un aspecto muy importante en todo este tema y es el consentimiento, el cual es el acto racional, autónomo e individual donde se expresa la voluntad y la aceptación de realizar cualquier acción, el consentimiento no sólo es decir SI antes de tener sexo, sino que es expresarlo ante cualquier acto que realicemos sea sexual o no.
Debemos recalcar que este consentimiento puede ser retirado en cualquier momento en el que nuestra pareja, parejas o nosotrxs dejemos de divertirnos, de disfrutar o de sentirnos cómodos con el acto que estamos realizando, por lo tanto, se deben respetar estas decisiones.
Por lo que entender que NO es NO es de vital importancia, además de recordar que bajo ninguna circunstancia nos pueden obligar a hacer algo con lo que no estamos de acuerdo o no nos sentimos cómodos.
Al tener y vivir una sexualidad de manera responsable debemos conocer las diferencias entre lo que es una práctica sexual y un comportamiento sexual, mientras que las prácticas sexuales son patrones variados de actividad sexual presentados por individuos o comunidades, el comportamiento sexual se da en un espacio individual, resultado de las prácticas sociales; enmarcados en un espacio social y cultural.
Dentro de todo esto encontramos aspectos que han sido sujetos de análisis desde libros físicos y hasta en películas, donde encontramos prácticas como besos, masturbación, coito consensuado o Sexting; prácticas actualmente usuales, con las cuales se corre un riesgo mínimo; al contrario, de las que se consideran de alto riesgo como el chemsex, la cual consiste en mantener relaciones sexuales bajo la influencia de alguna sustancia psicoactiva, misma que puede traer consecuencias como adicciones, sobredosis y hasta la muerte.
Con unas cuantas palabras no alcanza para describir y explicar todo lo que la sexualidad implica, sin embargo, conocer nuestros derechos sexuales es fundamental para saber que es el consentimiento, que prácticas sexuales son peligrosas y cuáles no, aprender a respetar a los demás y a nosotros mismos, nos ayudará a poder tener una vida sexual segura, responsable, consensuada y sobre todo libre.
By Sara Ontiveros
