• Desde la Universidad de Sevilla, España, la académica María Mercedes Delgado
expuso elementos novedosos sobre la cultura de Vasco de Quiroga.
Aprovechando las nuevas tecnologías de comunicación, este martes se impartió
en la Facultad de Historia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH), la conferencia “Vasco de Quiroga (1470-1556). Vida y
pensamiento indigenista desde su Información en Derecho hasta la Summa”.
Organizada por el Cuerpo Académico “Procesos Sociales, Políticos y Culturales
Comparados CA -284” de esta dependencia nicolaita, la disertación impartida de
manera digital por la Doctora María Mercedes Delgado Pérez, de la Universidad
de Sevilla, España, expuso elementos novedosos o diferentes a lo que la
historiografía ha tratado sobre la cultura del humanista Vasco de Quiroga.
En este sentido, la investigadora destacó que la figura de Vasco de Quiroga es
muy importante tanto en México como en España, aunque es necesario hacer una
revisión a fondo sobre su historia, para constatar su pensamiento y obra ya que
existen aspectos de su vida poco conocidos y explorados.
Fue un hombre religioso, pero también un práctico del derecho, representante del
pensamiento indigenista, cuya personalidad compleja comienza con su biografía
ya que antes de su historia en América es complicado saber quién fue en Europa.
Perteneciente a una familia de alto linaje de la provincia de Lugo en Galicia, forma
parte de siete hermanos hijos de Vasco Vázquez de Quiroga, graduado de Leyes
por la Universidad de Salamanca, aunque algunos dicen que fue por la
Universidad de Valladolid.
Su etapa más conocida comienza en el año de 1530, en la que destaca la
creación de nuevas poblaciones indígenas a quienes buscó imprimir la doctrina
cristiana, proponer la edificación de iglesias y edificios donde se recogían a los
huérfanos y, desde luego, su proyecto más ambicioso que fue la construcción de
hospitales como el de Santa Fe de la Laguna, en la Rivera del Lago de Pátzcuaro.
El propósito de su actividad siempre fue a favor de los indígenas, rechazando
abiertamente su esclavitud para evitar a toda costa el exterminio al que estaban
expuestos. Al ser electo Obispo de la nueva Diócesis de Michoacán y en su
empeño por ganarse la confianza de los indígenas, se negó a aceptar la localidad
de Guayangareo por ser el lugar de establecimiento de los españoles, realizando
su Obispado de la ciudad de Pátzcuaro, a fin de perpetuar los lugares con los que
los indios se sentían más identificados y escribir en ellos una nueva cristiandad
mucho más pura que la que tenían los europeos.