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El ejemplo de Urzúa

El ejemplo de Urzúa

Por: Juan José Rosales Gallegos

Morelia, Michoacán, 10 de julio de 2019.- En la carta, a través de la cual Carlos Urzúa hace pública su renuncia como secretario de Hacienda, lo dice de forma muy clara, las diferencias de criterios con el presidente y su grupo de “personajes influyentes”, aunado a “la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”, fueron los motivos principales para su dimisión. No se sintió cómodo en su encargo ni quiso ser parte o cómplice involuntario de ese “conflicto de interés” que señala.

Evitó que corrieran los chismes, hablar a espaldas del que fuera su jefe o filtrar información a medios de comunicación que perjudicaran al proyecto político de la llamada, “cuarta transformación”; fue frontal y dejó muy claros sus argumentos: Se va porque no comparte la visión del futuro de México con el presidente, y tampoco está dispuesto a acatar sus órdenes.

“Yo tuve diferencias con él; estamos en un proceso de transformación. Aquí no se oculta nada, no salió del gobierno por motivos de salud. Tuvimos, entre otras discrepancias, lo del Plan de Desarrollo. Hubo dos versiones, y la versión que quedó fue la que yo autoricé, incluso me tocó escribirla.” Lo dicho por el presidente López Obrador en su rueda de prensa mañanera un día después de la renuncia, confirma que existieron diferencias irreconciliables.

El pasado domingo 7 de julio, durante la toma de protesta del nuevo dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Juan Bernardo Corona, al momento de hacer uso de la palabra, Silvano Aureoles hizo un compromiso público con los militantes de su partido, y por la trascendencia del mismo, con los habitantes del estado que gobierna: “Una queja recurrente es que, del equipo que está en el gobierno, hay muchos que no caminan al mismo ritmo y eso dificulta que se concreten los sueños y aspiraciones del proyecto que yo represento. Los cargos en el gobierno no son patrimonio personal ni cheques en blanco”, dijo.

Según lo dicho por Aureoles, ya no valdría para mantener un espacio en la administración ni militancia ni el “padrinazgo” de algunos personajes, y todos los que no estén dispuestos a trabajar 24 horas los 7 días de la semana, les advirtió: “los que se sientan así es muy fácil, hay que ayudarles a que se vayan”.

Dentro y fuera hay señalamientos sobre funcionarios que “no dan el ancho”, o están comprometidos en otro proyecto político, y usan sus cargos en el gobierno de Michoacán para fondear los movimientos de los adversarios de Silvano Aureoles, que tiene el enemigo en casa, como él mismo lo reconoce.

Esos funcionarios, más mujeres que hombres, que ya no comulgan con las ideas de Aureoles y no se identifican con su proyecto político, deberían de seguir el ejemplo de Urzúa, tener vergüenza y dignidad para dejar sus cargos en el gobierno del estado. Porque, al final, el daño no se lo causan al gobernador, se lo hacen a los michoacanos con su actitud mediocre y necia.

Y sería bueno que Silvano Aureoles tomara el “toro por los cuernos” y les “ayudara a que se vayan” a todos “los que se pasan de la raya y todavía echan chingadazos”. Que ahora sí se anime y lo haga.

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