El eclipse total de Sol que se va a producir este 4 de diciembre será un espectáculo astronómico casi exclusivo para un puñado de científicos, ya que solo será visible en su fase de totalidad desde la Antártida, donde trabajan equipos muy reducidos de investigadores que ocupan las bases permanentes que tienen algunos países.
Muy pocas personas tendrán posibilidad de ver el eclipse, pero algunas instituciones o centros de investigación, entre ellos la NASA, han programado transmisiones en directo a través de sus canales oficiales gracias a la colaboración de algunos de los científicos integrados en las expediciones científicas que tienen lugar ahora en la región antártica.
Parcialmente, y según los datos del Observatorio Astronómico Nacional, el eclipse será visible en algunos lugares muy meridionales del hemisferio sur a partir de las 5:29 h (Tiempo Universal o UTC), cuando el fenómeno se podrá observar en sitios muy al sur del océano Atlántico, y se prolongará hasta las 9:37, aunque a esa hora ya solo se podrá apreciar al sur de Tasmania (Australia).
La fase de “totalidad” del eclipse total de Sol iniciará a las 7:00 h (UTC) en un punto del océano atlántico situado al este de las islas Malvinas; cruzará el mar de Weddel y el oeste de la Antártida y terminará a las 8:06 h en un punto del océano Antártico situado frente a la Barrera de hielos Gezt (en la Antártida).
El eclipse se va a producir cuando la Luna se interponga entre la Tierra y el Sol, lo que provocará un ensombrecimiento en esas zonas, que será mucho más pronunciado durante la fase de totalidad en la región antártica.
Aunque es “solo” una más entre las 200 mil millones de estrellas que hay en la Vía Láctea, el Sol es la más próxima a la Tierra y el astro más brillante desde la Tierra, por lo que los eclipses, y en especial los “totales” como el que se va a registrar, son especialmente interesantes para la comunidad científica ya que permiten, según el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) realizar una gran variedad de experimentos y observaciones.
Los eclipses facilitan el estudio de la corona solar y realizar mediciones de muy alta precisión sobre el diámetro solar, ya que el inicio y el final de la fase “total” ofrecen -subraya el IAC- unas referencias precisas para realizar esas mediciones y avanzar en una cuestión esencial para los científicos: si el tamaño del Sol varía con el tiempo.
Fuente: JLD / Edit by RSM